Contaminación en el aire

Durante décadas los habitantes de Huelva, una ciudad rodeada por uno de los complejos de industrias químicas y básicas más grandes de Europa, llamado “polo químico”, han vivido con la sospecha de que sufrían más enfermedades graves y extrañas de lo normal. Junto a la ciudad, distribuidas en tres polígonos, se han asentado desde finales de los años 60 industrias básicas que producen plaguicidas y fertilizantes, metales, cemento, papel, detergentes, gases, cloro, pigmentos, ácidos, derivados del petróleo… Las empresas Fertiberia y Foret obtuvieron la concesión administrativa para el vertido de yesos en 1968. Al día de hoy unos 120 millones de toneladas de fosfoyesos (residuo tóxico), se han acumulado a unos 500m del núcleo urbano, en las marismas del río Tinto.
En diciembre de 1995 la Conserjería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía autorizó la “reordenación de vertidos de yesos” para reducir al máximo la contaminación, que había alcanzado importantes niveles debido al escaso control administrativo; pero no se cumplió y en diciembre de 1998 se rompió una de las balsas de fosfoyesos soltando al río Tinto 50.000m3 (según fuentes oficiales), de aguas ácidas, metales pesados y otros tóxicos como fluoruros, fosfatos y arsénico. Esta liberación de sustancias contaminantes afectó al medio natural fluvial, marino y a la salud de las personas por la incorporación de tóxicos a la atmósfera y a la cadena alimenticia. Curiosamente, y a diferencia del vertido de Aznalcollar, su difusión mediática fue escasa y local.

En 1998 un grupo de profesores y padres impulsaron la creación del Colectivo Ciudadano para la Descontaminación de Huelva, actualmente se conoce como Mesa de la Ría, su principal objetivo era solicitar que se investigaran los efectos de los residuos de estas industrias que pudieran llegar a las personas a través del aire, el agua, los moluscos y pescados, o los alimentos cultivados en la zona.
Éste colectivo, consiguió reunir 6.500 firmas para alcanzar su objetivo. Bajo esta presión, el pleno del ayuntamiento pidió que se elaborara un informe, trasladándose la propuesta al Congreso de los Diputados, que en el mes de febrero de 1999 hizo el encargo al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El trabajo fue considerado por el mismo CSIC, como “el más ambicioso jamás puesto en marcha en Europa”, cosa que se pone de manifiesto en números: su presupuesto fue de 1.202.000 euros (aproximadamente), 40 científicos y técnicos, y 4 años de investigación (1999-2003). El informe ha sido entregado recientemente, en dosis cuatrimestrales.


El clima predominante es el mediterráneo, con influencia oceánica, marcado por los vientos atlánticos con dirección sur-suroeste. El hecho distintivo de este tipo de clima es la influencia suavizadora del océano, que reduce la amplitud térmica anual, atemperando los inviernos, en los cuales la temperatura media anual se sitúa siempre por encima de 10º, y los veranos, que registran temperaturas medias en torno a 25º y en los que sólo en ocasiones excepcionales se superan los 40º de temperatura máxima. Las precipitaciones no son demasiado abundantes, situándose entre los 500 y los 600 mms. anuales, y en ellas tanto la sequía estival como el predominio de las lluvias invernales son de total evidencia. Es también destacable en este ámbito la elevada insolación, que en algunos lugares supera las 3.000 horas de sol anuales y que justifica la denominación de Costa de la Luz a la porción onubense de esta costa.























  • La atmósfera de Huelva.




  • Tal como avanzábamos en la introducción, Huelva posee uno de los complejos industriales más grande de Europa. En él se encuentran empresas como Fertiberia, Atlantic Copper, Cepsa, Repsol, Fosfoyesos, Air liquide, Rhodia, FMC Foret, ENAGAS, Almagrera, Aragonesas, Tioxide,… Todas ellas forman parte del paisaje de Huelva y pasarían inadvertidas sino fuera por el alto índice de mortalidad, de enfermedades respiratorias y de cáncer que existe en la provincia.



     Resultados del informe del CSIC.
    El informe se ha realizado durante 4 años, desde 1999 hasta 2002. Se ha entregado en 4 partes, las dos primeras corresponden a los años 1999, 2000 y parte del 2001, las dos siguientes aportan los datos obtenidos durante 2001 y 2002, a parte de las conclusiones y recomendaciones.
    Los resultados de las dos primeras entregas revelan los siguientes datos:
    * Hay un exceso de mortalidad por cáncer del orden del 10% para los hombres y del 6% para las mujeres, en comparación con la media andaluza (la media andaluza es del 20%).
    * Se produce un 40% más de cáncer de estómago en mujeres. Otros excesos de mortalidad son de cáncer de riñón (27%); de tráquea, bronquios y pulmón (16%), y de colón (20%).
    * Los hombres sufren un exceso de cáncer de riñón (27%); de hígado (19%); de tráquea, bronquios y pulmón (11%); de vejiga (2%); de estómago (18%), y de próstata (14%).


    Además el informe del CSIC encuentra excesos en contaminantes que tienen relación con las enfermedades mencionadas:
    * Existen estudios que relaciona el arsénico con el cáncer de estómago; de bronquios, tráquea y pulmón; de vejiga; de próstata; de hígado y de riñón. En el aire de Huelva hay un valor medio diario de arsénico de 9ng/m3, con máximos de 96ng/m3. Estos valores son excesivos ya que la normativa de la Unión Europea marca un máximo de 6ng/m3. En pescados adquiridos en el mercado local de Huelva se han encontrado hasta 22mcg/g de arsénico en el cazón y 16mcg/g en las gambas. El nivel marcado en algunos países como máximo, para los alimentos, es de 5mcg/g (en España no está legislado este parámetro).
    * Se han encontrado DDT y sus metabolitos en el aire, en el suelo, en frutas y en alimentos marinos. Es un plaguicida organoclorado prohibido, acumulable en el medio natural y en el organismo, con efectos cancerígenos, neurológicos y sobre la reproducción. Otros plaguicidas organoclorados, con efectos similares que se utilizan en la zona de Huelva, pero que aun están autorizados son el lindano, el clordano, el endosulfán, el aldrín y el dieldrín. Más sustancias organocloradas presentes en el aire y en los alimentos de Huelva, en cantidades que por separado no se consideran excesivas, son los policlorobifenilos (PCBs), las dioxinas y el hexaclorobenzeno. Todos estos elementos se acumulan en el organismo.
    * El valor promedio de partículas de diámetro inferior a 10mc en el aire es de 40mcg/m3, el doble del valor límite marcado por la normativa de la Unión Europea para el 2010. En el año 200 se superaron los valores deseables en 166 días. Este tipo de partículas está relacionado con las enfermedades del sistema respiratorio, desde asma a enfisemas o cáncer, y en parte son producidas por las chimeneas industriales y por la suspensión de vertidos.
    * Se han detectado emisiones puntuales muy altas de dióxido de azufre y de óxidos nítricos. Su presencia excesiva está relacionada con una mayor mortalidad por enfermedades respiratorias.
    * En el agua de la ría hay niveles altos de cobre, cinc, cadmio (causantes del cáncer de pulmón y de próstata, malformaciones de nacimiento, alteraciones nerviosas), plomo (causante de alteraciones neurológicas) y uranio (elemento radioactivo cancerígeno).





  • Conclusiones.



  • El informe realizado por el CSIC muestra que existen vertidos ilegales tanto en la atmósfera como en el medio marítimo y grandes acumulaciones de productos tóxicos sólidos. No da una relación directa entre estos y el gran índice de mortalidad por cáncer que existe en la capital aunque si pone de manifiesto que existen vacíos legales con respecto a la presencia y cantidad de ciertos metales, lo cual resulta preocupante.






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