José Manuel Cantó, doctor en Geología, fue a principios de los años 90 director técnico de la Agencia de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y responsable del Plan Corrector de Vertidos Contaminantes. Después de ser expedientado por la Junta, actualmente está comprometido en la lucha contra las empresas que contaminan y contra los funcionarios y los políticos que permiten la situación. En 1994, para evitar un desastre ecológico, Cantó denunció que la Junta no estaba tomando medidas contra las empresas que vertían miles de toneladas de ácidos débiles cargados de arsénico y otros metales pesados en depósitos mineros inadecuados, como las balsas de Aznalcóllar y Riotinto, desde donde se filtraban hasta los ríos Tinto y Odiel. Las empresas y la Junta alegaban que no se trataba de residuos peligrosos, sino de materias primas para un tratamiento industrial posterior, un tratamiento que nunca se ha producido. La denuncia le costó que la Junta le suspendiera de empleo y sueldo durante 4 años, pero sirvió para iniciar un proceso judicial que le acabó dando la razón: el juzgado número 2 de Huelva condenó en 1998 al ex director de Atlantic Copper a un año de prisión menor y multa de cinco millones de pesetas por el transporte de ácidos débiles desde la fundición de cobre hasta Minas Riotinto. Esta balsa de residuos mineros multiplica entre 10 y 20 veces el tamaño de la que se rompió en Aznalcóllar, afectando gravemente al Parque Natural de Doñana, y su rotura “dejaría en ínfimo aquel accidente, por la cantidad y toxicidad de los vertidos que arrasarían las Marismas del Odiel”. | ||
Cantó, que vuelve a trabajar en la administración como asesor técnico del Centro de Seguridad e Higiene, repitió en 1999 la denuncia, esta vez por delito continuado contra Atlantic Copper y Fertiberia, pues los vertidos han continuado realizándose de forma ilegal. El pasado mes de enero la jueza instructora archivó el caso, pero Cantó considera que sus argumentos son tan contradictorios que no descarta que se la denuncie por prevaricación.
“El problema es el arsénico”
Para Cantó, que actualmente preside Higia, una organización no gubernamental para la defensa de la calidad ambiental y la salud, el problema de Huelva son los metales pesados y en concreto el arsénico: “No hay que ser demasiado listo para ver lo que pasa. Hay estudios que demuestran la incidencia mayor de cáncer alrededor de las fundiciones de cobre en Suecia y Estados Unidos. Es algo objetivo y se está obviando. Aquí tenemos una fundición y tenemos cáncer. A este factor se suma que durante 35 años se han abandonado decenas de millones de toneladas de residuos tóxicos que llegan al agua de la ría por lixiviación. Sin embargo, las administraciones dicen que no pasa nada, que todo es maravilloso”.
La administración autonómica conoce a fondo el grado de contaminación y sus causas porque posee desde 1993 una auditoría ambiental de 30 tomos, elaborada por la firma Arthur Andersen y el Banco General de Medio Ambiente para Egmasa, filial de la Agencia de Medio Ambiente, en la que se describe la problemática de cada empresa y el estado de la ría. En este sentido advertía que los sedimentos se han convertido en residuos peligrosos, sin embargo fueron removidos y acumulados en lugares inadecuados al realizar un dragado para que pudieran continuar circulando buques de grandes dimensiones. El depósito de residuos del fondo de la ría está junto al espigón donde se concentra una gran cantidad de pescadores de caña, junto al Paraje natural de las Marismas del Odiel, Reserva de la Biosfera de la UNESCO.
El poder de Atlantic Copper
Para Cantó, Atlantic Coper es la empresa que tapa la boca a todo el mundo. Es la filial española de la estadounidense Freeport-McMoRan Copper & Gold, uno de los mayores productores mundiales de cobre y oro, y considerada en 1996 una de las 10 peores empresas del mundo por la revista Multinational Monitor, que investiga el comportamiento ético de las grandes corporaciones. Freeport-McMoRan Copper & Gold envía a España, para ser fundida y refinada, la materia prima que extrae de la mayor mina del mundo (Grasberg en Indonesia).
La empresa tiene un acuerdo muy ventajoso con el gobierno indonesio gracias a la influencia de uno de sus propietarios y ejecutivos, el ex secretario de estado norteamericano Henry Kissinger. En España Atlantic Copper, a pesar de haber sido condenada por delito ecológico, ha obtenido premios de gestión ambiental.
El caso de la tiroides atípica en Huelva
En 1995 se registraron en Huelva 725 casos de una enfermedad tiroidea atípica. El doctor Francisco López Rueda, uno de los endocrinos más reconocidos de la ciudad, que siguió de cerca la epidemia y desde entonces no ha dejado de investigarla ni de atender a los pacientes, explica que los síntomas fueron elevación de los anticuerpos tiroideos, inflamación agua y dolorosa de la glándula y un acusado cansancio general. Además la enfermedad atacaba sólo a las mujeres en edad fértil. López Rueda comunicó la epidemia a la Delegación del Servicio Andaluz de Salud y se realizaron algunas investigaciones oficiales que no llegaron a ningún sitio. El desacuerdo sobre las causas y la conveniencia de continuar las indagaciones motivó que López Rueda fuera marginado y desacreditado por la administración. Pero el médico y algunos de sus colaboradores continuaron haciendo averiguaciones y poniéndose en contacto con expertos internacionales. Finalmente un epidemiólogo israelí, John Goldsmith dio la pista que el doctor López Rueda consideró acertada: un síndrome similar había sido descrito en Eslovaquia y había sido producido por policlorobifenilos (PCBs). El endocrino asegura que en Huelva los culpables tuvieron que ser los PCBs, otros contaminantes organoclorados, como las dioxinas y algunos plaguicidas, con la ayuda de los metales pesados. Según López Rueda, la sequía del año 1995 pudo aumentar la concentración de contaminantes en el agua de consumo y afectar a personas sensibles. Aunque en España la enfermedad apenas ha tenido repercusión en los medios sanitarios, el doctor López Rueda fue escuchado por la prestigiosa revista científica del colegio estadounidense de endocrinos, Endocrine Practice, que después de un riguroso seguimiento publicó en 1999 la descripción de la epidemia realizada por López Rueda y sus colaboradores, bajo el título “Atypical Thyroiditis in Huelva”.
Contaminantes en Huelva y efectos sobre la salud
Los ecologistas de Huelva dicen que es una ciudad rodeada de contaminantes por tierra, mar y aire. La descripción de todos sería una tarea enciclopédica. En la siguiente tabla se incluyen los más problemáticos y los que han sido destacados en el informe del CSIC. Pero existen muchos otros que aun en pequeñas dosis cobran importancia si se piensa en el efecto del conjunto, entre ellos los plaguicidas organoclorados, las dioxinas y los furanos, los mercaptanos, los PCBs, el hexaclorobenzeno, el cobre, el polvo de cemento...
* No figura en el informe del CSIC, que aún debe hacer más estudios sobre las balsas de fosfoyesos.
En 1995 se registraron en Huelva 725 casos de una enfermedad tiroidea atípica. El doctor Francisco López Rueda, uno de los endocrinos más reconocidos de la ciudad, que siguió de cerca la epidemia y desde entonces no ha dejado de investigarla ni de atender a los pacientes, explica que los síntomas fueron elevación de los anticuerpos tiroideos, inflamación agua y dolorosa de la glándula y un acusado cansancio general. Además la enfermedad atacaba sólo a las mujeres en edad fértil. López Rueda comunicó la epidemia a la Delegación del Servicio Andaluz de Salud y se realizaron algunas investigaciones oficiales que no llegaron a ningún sitio. El desacuerdo sobre las causas y la conveniencia de continuar las indagaciones motivó que López Rueda fuera marginado y desacreditado por la administración. Pero el médico y algunos de sus colaboradores continuaron haciendo averiguaciones y poniéndose en contacto con expertos internacionales. Finalmente un epidemiólogo israelí, John Goldsmith dio la pista que el doctor López Rueda consideró acertada: un síndrome similar había sido descrito en Eslovaquia y había sido producido por policlorobifenilos (PCBs). El endocrino asegura que en Huelva los culpables tuvieron que ser los PCBs, otros contaminantes organoclorados, como las dioxinas y algunos plaguicidas, con la ayuda de los metales pesados. Según López Rueda, la sequía del año 1995 pudo aumentar la concentración de contaminantes en el agua de consumo y afectar a personas sensibles. Aunque en España la enfermedad apenas ha tenido repercusión en los medios sanitarios, el doctor López Rueda fue escuchado por la prestigiosa revista científica del colegio estadounidense de endocrinos, Endocrine Practice, que después de un riguroso seguimiento publicó en 1999 la descripción de la epidemia realizada por López Rueda y sus colaboradores, bajo el título “Atypical Thyroiditis in Huelva”.
Contaminantes en Huelva y efectos sobre la salud
Los ecologistas de Huelva dicen que es una ciudad rodeada de contaminantes por tierra, mar y aire. La descripción de todos sería una tarea enciclopédica. En la siguiente tabla se incluyen los más problemáticos y los que han sido destacados en el informe del CSIC. Pero existen muchos otros que aun en pequeñas dosis cobran importancia si se piensa en el efecto del conjunto, entre ellos los plaguicidas organoclorados, las dioxinas y los furanos, los mercaptanos, los PCBs, el hexaclorobenzeno, el cobre, el polvo de cemento...
Contaminantes | Qué es | Presencia en Huelva | Enfermedades relacionadas | Origen en Huelva | |||||
Arsénico | Metal pesado | 9 ng/m3 en el aire, con máximos de 96 ng/m3 (el límite de la futura normativa Europea es 6 ng/m3). En el pescado se encuentra hasta 20 mcg/g de arsénico (algunos países fijan un nivel máximo de 5 mcg/g) | Cáncer de estómago, bronquios, tráquea y pulmón, vejiga, próstata, hígado y riñón | Atlantic Copper, Fertiberia y Foret | |||||
Uranio | Mineral radiactivo | Unas 100 toneladas en las balsas de fosfoyesos. Se encuentra en los taludes y en el agua de la ría | Cáncer y malformaciones | Fertiberia y Foret | |||||
Radón (*) | Gas radiactivo | Es emitido desde las balsas de fosfoyesos | Cáncer de pulmón | Fertiberia y Foret | |||||
Cadmio | Metal pesado | Se encuentran en alimentos marinos, como las chirlas (0.16mcg/g), en dosis significativas pero inferiores al límite legal | Sospechoso de producir cáncer de estómago, de hígado, de tráquea, bronquios y pulmón, de próstata, de riñón, y de causar alteraciones reproductivas | Fertiberia, Foret, Atlantic Copper | |||||
PM10 | Partículas torácicas de diámetro inferior a 10 mc. Se encuentran en el aire | El valor promedio (40mcg/m3) es el doble del límite marcado por la futura directiva | Enfermedades de las vías respiratorias. Cáncer de pulmón, bronquios y tráquea | En mayor o menor medida son emitidos por casi todas las industrias del ‘polo químico’ | |||||
NOx y SO2 | Óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre. Se forman al quemar combustibles fósiles. Provocan la lluvia ácida | Se han detectado emisiones puntuales en las que se alcanzan altos valores | Enfermedades de las vías respiratorias. Aumentan la mortalidad inmediata por todas las causas | Cepsa, Fertiberia y Foret | |||||
DDT y DDE | Plaguicida organoclorado prohibido, acumulable en el medio natural y en el organismo | Se ha detectado un uso extenso y reciente en campos de cultivo junto a la ciudad. Se ha encontrado en suelos, en fresas y en alimentos marinos | Efectos cancerígenos, neurológicos y sobre la reproducción | Utilizado en cultivos al aire libre de fresas en la zona de La Rábida | |||||
Endosulfán | Plaguicida organoclorado permitido | Se ha encontrado en las muestras, lo que revela que se comercializa antes de su degradación | Efectos cancerígenos, neurológicos y sobre la reproducción. Es uno de los contaminantes disruptores endocrinos más extendidos | Cultivos en el entorno de la ría de Huelva |
* No figura en el informe del CSIC, que aún debe hacer más estudios sobre las balsas de fosfoyesos.
Incidencia de enfermedades en Huelva: Según el estudio del CSIC: en mujeres: un 40% más de cánceres de estómago, 27% de riñón, 16% de tráquea, bronquios y pulmón (16%) y 20 % de colon. En hombres, 27% más de cáncer de riñón, 19% de hígado, 11% de tráquea, bronquios y pulmón, 2% de vejiga, 18% de estómago y 14% próstata. El Colectivo Ciudadano por la Descontaminación de Huelva denuncia una incidencia mayor de esterilidad, abortos, malformaciones de nacimiento, asma y otras afecciones respiratorias, y enfermedades endocrinas. | ||||
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